César
Platas Brunetti
Como nos
encantan las nuevas modas, las nuevas tendencias, aflorando en nuestro entorno tenemos
que ponerles nuevas etiquetas a esos movimientos. El “cuarto sector” es una de
estas nuevas etiquetas, amalgama de valores personales, consumo y producción
dentro del modelo económico que demanda la nueva sociedad. Marcaría una
producción sostenible medioambientalmente y dirigida al bienestar social. Se
refiere a una marca por el comportamiento ético de la empresa y no solo por las
características del producto. Y, aunque nos parezca una trasnochada utopía,
según algunos economistas en ciertos países supone ya el 10% del producto
interior bruto (PIB). ¿Quién les diría a los locos (entre ellos un servidor),
de los cuales todos se reían, que esa nueva conciencia se iba a implantar de
esta manera?
Estamos un
poco hartos de tener que oír y repetir: el planeta no da más, no podemos
continuar utilizando el mundo como un enorme estercolero, etc., etc. y parecía
que nada cambiaba. ¡Pues sí! ¡Algo está cambiando! y sería bueno que tomaran
buena nota: gobernantes que ponen trabas a las energías renovables; empresas
que se dedican a expoliar el medio ambiente para ampliar sus beneficios y, en
general, a todos los que creen que este mundo está para satisfacer la ambición
desmedida del ser humano.
Todo es
posible si tomamos conciencia, en primer término, de nuestra frágil naturaleza
(ante un cambio climático seguro que los insectos sobrevivirán, pero nosotros
somos los primeros candidatos en el ranking a desaparecer) y, en segundo lugar,
de la delicada situación en la que colocamos al medio ambiente. No se puede
vivir de manera saludable ni: física, psicológica, espiritual o ecológicamente.
Lo mires por
donde lo mires ¡ES HORA DE CAMBIAR!
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